Los Sistemas Bismarckianos tienen una gran importancia a nivel histórico ya que evitaron la guerra entre superpotencias durante muchos años. En esta entrada vamos a desvelar cómo funcionaban.
A finales del siglo XIX la política europea estaba caracterizada un crecimiento de la tensión en las relaciones que mantenían los diferentes paises.
Los muchos conflictos imperialistas y nacionalistas dan lugar al desarrollo de una industria bélica sin precedentes que augura la proximidad de una gran guerra.
En este marco de escalada armamentística surge un complejo juego diplomático para evitar que las naciones entren en guerra a pesar de los conflicto, donde se establecen múltiples alianzas como los Sistemas Bismarckianos.
De hecho, a menudo la política exterior de Bismarck se describe pictóricamente como un juego con cinco bolas, donde las bolas están destinadas a simbolizar las principales potencias europeas con las que el dirigente quería conectar a Alemania sin estar demasiado unido a ninguna de ellas.
¿Qué son los Sistemas Bismarckianos?
Los sistemas bismarckianos o Bündnispolitik (literalmente política de alianzas) son las alianzas lideradas por Bismarck en su política exterior desde 1871.
Tales alianzas internacionales tenían como objetivo aislar a los franceses tras su derrota ante Prusia, evitando de este modo la guerra entre las potencias europeas más grandes.
De hecho, durante casi 20 años estos sistemas evitaron el conflicto, hasta que llegó la Primera Guerra Mundial.
Un poco de historia
Tras victoria sobre Francia en la guerra franco-prusiana en 1871, aumenta la preocupación entre los países europeos de que el Alemania quiera expandirse aún más.
Bismarck intentó que se superara este miedo por medio de alianzas estratégicas, los conocidos sistemas bismarckianos que duraron en total unos 20 años evitaron el conflicto entre las principales potencias europeas hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914.
De este modo el dirigente logró asegurar la política exterior de Alemania y aislar a los franceses, evitando así su represalia tras la derrota y convirtiéndose en una especie de árbitro internacional a nivel europeo.
Bismarck y el equilibrio europeo
Bismarck sabe que la reconciliación con Francia va a ser imposible y que debe enfrentarse a una duradera rivalidad con su país vecino.
Para ello, además de promover los movimientos que buscan la república en Francia y de dificultar alianzas con otras potencias europeas, crea un sistema de alianzas internacionales.
El dirigente es consciente de la situación geográfica expuesta de Alemania y teme una guerra en dos frentes (Zwei-Fronten-Krieg).
Además, el fortalecimiento militar y económico de Alemania mediante la creación del imperio significa un cambio en el equilibrio de las potencias europeas.
El principal objetivo de Bismarck es establecer un nuevo equilibrio en Europa utilizando una política exterior particularmente moderada, que contrasta con el poder autoritario de su política interna.
La amenaza francesa
Francia padece un sentimiento de venganza por la pérdida de Alsacia-Lorena. Bismarck sabe que la reconciliación con este país es imposible y que debe enfrentarse a una duradera rivalidad con su vecino del oeste.
Para solucionar el problema decide crear una situación en la que todas las potencias necesiten a Alemania, como resume en el Kissinger Diktat de 1877.
Por lo tanto, se trata de establecer buenas relaciones con países distintos de Francia. Así es como desarrollará muchas alianzas con las otras potencias europeas, alianzas estratégicas que se llaman sistemas bismarckianos.
Los diferentes autores dividen los sistemas bismarckianos en tres periodos (primer, segundo y tercer sistema Bismarckiano) caracterizados por la búsqueda del aislamiento de Francia.
Sistemas Bismarckianos
Primer Sistema Bismarckiano (1871-1878)
El primer paso de Bismarck en esta dirección fue el acuerdo entre tres emperadores, conocido como La Liga de los Tres Emperadores (Dreikaiserabkommen).
Por tanto el primero de los sistemas bismarckianos se fundamenta en una alianza entre el Imperio alemán, Austria-Hungría y el Imperio ruso, establecida en 1873.
Los objetivos de Bismarck son que Rusia se mantenga alejada de Francia mediante una alianza con Alemania y que prevalezca la reconciliación con Austria-Hungría para eliminar la posibilidad de que tengan aliados.
A pesar del conflicto de intereses entre Austria y Rusia, Bismarck logra despertar objetivos comunes: la solidaridad entre los regímenes monárquicos, la lucha contra el socialismo.
Para Bismarck, el sistema de orden sobre una base monárquica estaba en peligro por la idea de la república social. Por lo tanto, era importante que los tres países acordaran una cooperación más estrecha.
El acuerdo de los tres emperadores concluye el 22 de octubre de 1873 en el Palacio de Schönbrunn. Las tres monarquías se comprometían al apoyo mutuo en caso de ataques militares de un tercero y a la solidaridad en caso de disturbios revolucionarios.
Además, la paz europea debía defenderse. De hecho, el acuerdo contribuye a la paz y la estabilidad en toda Europa.
Sin embargo, esta alianza no es infalible y en 1875, durante la crisis de Krieg-in-Sicht, en caso de un ataque de Alemania contra Francia, el escenario más probable sería una alianza de Gran Bretaña y Rusia con Francia.
La guerra de dos frentes se convierte en un escenario realista. Gortchacow llega a Berlín y deja claro a Bismarck que, en caso de un ataque alemán contra Francia, Rusia se apresuraría a ayudar a ésta a pesar del acuerdo de los tres emperadores.
Esta alianza o primer sistema bismarckiano solo se mantiene hasta 1878 y se da por concluido con el estallido del denominado conflicto de los Balcanes.
El Conflicto de los Balcanes
En 1878, Rusia derrota al Imperio Otomano en la guerra ruso-turca y el Tratado de San Stefano resultante le da a Rusia una influencia considerable en los Balcanes.
Esto indigna a Austria-Hungría, el principal rival de Rusia en la región de los Balcanes (a pesar de ser un aliado de los rusos y los alemanes en la Liga de los Tres Emperadores).
Por lo tanto, en 1878, Bismarck se declara dispuesto a actuar como un intermediario honesto (ehrlicher Makler) para las negociaciones de paz entre las partes combatientes en la guerra ruso-turca que surgió de la crisis de los Balcanes que había comenzado en 1875.
Por iniciativa del diplomático ruso Pyotr Andrejewitsch Schuwalow, porque supuestamente el Imperio alemán no tenía interés en los Balcanes, Bismarck convoca una conferencia internacional (el Congreso de Berlín) para resolver el problema.
El Tratado de Berlín que resulta de la conferencia revierte las ganancias de Rusia del Tratado de San Stefano y proporciona a los austriacos una compensación: Bosnia.
A pesar de la guerra victoriosa, Rusia tiene que renunciar al acceso al Egeo como resultado del Congreso de Berlín. El zar Alejandro II responsabiliza a Bismarck y cree que Bismarck no ha sido neutral en las negociaciones.
Las relaciones ruso-alemanas se deterioran después de la conferencia. La alianza de los tres Emperadores queda en suspenso, y tanto Alemania como Austria-Hungría se consideran libres para aliarse entre sí contra Rusia.
Segundo Sistema Bismarckiano (1879-1887)
Tras el Congreso de Berlín que concluía la guerra balcánica en 1878, Bismarck inicia un segundo sistema de alianzas ampliando el primer sistema gracias a la alianza con Italia.
Doble Alianza
La Doble Alianza (Zweibund) creada en 1879 se refiere a Austria-Hungría y Alemania, países que firman un acuerdo defensivo secreto dirigido contra Rusia y contra su posible aliado, Francia.
Este acuerdo proporciona apoyo mutuo en caso de un ataque ruso. Según Bismarck, Rusia es un socio en el que no se puede confiar, pero sigue siendo un socio importante.
Bismarck vio la alianza como una forma de evitar el aislamiento del Imperio alemán, que acababa de ser fundado unos años antes; y preservar la paz, ya que Rusia no libraría la guerra contra ambos imperios.
Italia, el nuevo aliado
En 1881 Italia pierde contra Francia para establecer una colonia en Túnez y busca apoyo diplomático. Así es como se une a Alemania y Austria-Hungría formando la Triple Alianza en 1882
De este modo los tres países acuerdan proporcionarse protección y ayuda mutua en caso de un ataque francés.
El segundo de los sistemas bismarckianos se mantiene vigente hasta el año 1887, momento en el que es revisado y da paso al tercer sistema.
La mayoría de los estudiosos exponen que el tercer sistema es una evolución del segundo sistema con algunos pactos adicionales como los llamados Acuerdos del Mediterráneo.
Tercer Sistema Bismarckiano (1887-1890)
En 1887, el Tratado de Reaseguro (Rückversicherungsvertrag) vuelve a unir a Alemania con la Rusia Imperial.
El Tratado de reaseguro es un tratado secreto que se caracteriza por establecer la neutralidad del imperio alemán con el imperio ruso donde Alemania se compromete a mantenerse al margen ante un posible enfrentamiento armado entre Rusia y Austria-Hungría.
Rusia por su parte se compromete a mantener su neutralidad ante un futuro enfrentamiento entre Alemania y Francia.
De este modo se logra una unión imprescindible entre Berlín y San Petersburgo, y se convence a los rusos de que, aunque Alemania defienda al Imperio austro-húngaro, no lo apoyaría en su expansión a la costa rusa.
Ante los acontecimientos europeos y fundamentalmente en los Balcanes y con el objetivo de hacer de contrapeso a la creciente expansión del imperio ruso en la zona a costa de los otomanos, Gran Bretaña entra en un pacto con la alianza del segundo sistema para mantener el statu quo en el Mediterráneo y defender la ya debilitada posición de los otomanos en el mediterráneo oriental.
El imperio alemán promueve la aparición del pacto mediterráneo para llevar a Gran Bretaña a la Triple Alianza. Además, el Imperio Otomano debía protegerse de la expansión rusa.
Como podemos ver que la política exterior de Bismarck consiste en crear alianzas entre las potencias europeas con el fin de proteger a Alemania de su ubicación geográfica y dejar a Francia de lado.
Sus alianzas, llamadas “sistemas bismarckianos”, fortalecen la imagen política del canciller, que de ese modo logra mantener un estado de paz entre las potencias europeas.
El final de los sistemas Bismarckianos
El emperador Guillermo I apoya al Reichskanzler (canciller) hasta el final de su reinado. Sin embargo, con la llegada al poder de su nieto Guillermo II, la política exterior bismarckiana da un nuevo giro.
Por una parte, el emperador aspira a un reinado más personal y acusa a Bismarck de no haberlo mantenido lo suficientemente informado sobre su política exterior y sus alianzas con Rusia.
Y por otra parte, va a desarrollar un programa sociopolítico que parece mucho más liberal que el de Bismarck.
Todo ello empuja a Bismark a abandonar el barco (Der Lotse verlässt das Schiff) y dimitir el 18 de marzo de 1890.
Estas alianzas no sobreviven a su fundador. Como prueba, la no renovación del Tratado de reaseguro ese mismo año. En 1893 Rusia se alía con Francia, la pesadilla de Bismarck.