Por endofobia se entiende el desprecio a la propia cultura. Es el rechazo a las características propias del grupo social al cual pertenecemos e incluso la burla hacia la propia nación.
Justamente lo opuesto a la xenofobia, que se define como el rechazo hacia las personas de una nacionalidad diferente a la nuestra.
Se puede encontrar una gran variedad de ejemplos de endofobia a lo largo de la historia moderna y contemporánea del mundo.
Los “cachorros de ISIS”, niños de cinco años, uniformados y recibiendo adiestramiento militar bajo las órdenes de los extremistas yihadistas de Estado Islámico, es una de las muestras más bárbaras de odio a su propia comunidad.
Por qué se siente Endofobia
Con diferentes excusas y pretextos, son muchas las personas que en diferentes países muestran un rechazo irracional a todo lo que tiene que ver con la cultura a la cual pertenecen.
Es importante hacer énfasis en aquello de “irracional”, pues no se trata de una simple crítica a determinadas costumbres que se consideran erróneas o inadecuadas.
La endofobia es más bien una expresión de odio hacia todo el sistema de creencias, expresiones culturales, lenguaje y cualquier otra cosa que se asocie además al racismo y clasismo.
Es probable que uno de los más claros ejemplos de desprecio por los valores de la sociedad a la cual se pertenece, sea el sostener posturas políticas extremistas que van en detrimento de la nación.
El problema de odiar la identidad propia puede tener raíces muy variadas y de carácter subjetivo. De hecho, se relaciona con conceptos que han sido objeto de estudio de la psiquiatría, como los sentimientos de inferioridad y la carencia de autoestima.
En contrapartida, la sobrevaloración de lo ajeno, la transculturización y la idealización también juegan un papel importante.
Ejemplos históricos de endofobia
Rechazar lo propio es un asunto mucho más común de lo que cualquiera pudiera imaginarse. La endofobia podemos encontrarla en cualquier continente, región, país o estado.
En algunas ocasiones se disfraza de rebeldía contra las leyes o determinado sistema opresor e incluso muchos políticos alzan están bandera para violar los derechos humanos de sus conciudadanos.
En América Latina
Haciendo un recorrido por Latinoamérica, podemos mirar el caso de Chile, quien envuelto en una peculiar crisis social durante los últimos meses, deja entrever un debate paralelo referente al odio irracional que tienen algunos chilenos por sus propios orígenes y costumbres.
Frases como “los chilenos son flojos” y el racismo hacia las personas de tez oscura muestran un sesgo endofóbico.
Al otro extremo, Nicolás Maduro, el dictador venezolano se ha encargado de matar de forma sistemática a estudiantes y sumir a la población de su país en una de las peores crisis económicas y sociales de la historia latina, sin mostrar ninguna clase de remordimiento por sus acciones.
La flagrante violación de los derechos humanos es una constante, típica muestra de odio a lo propio.
Otras situaciones pueden notarse a lo largo del continente. Perú sufre un caso de endofobia tanto insólito como interesante; muchos peruanos tienen un nacionalismo exacerbado que incluso los ha llevado a cometer actos de xenofobia, pero a su vez suelen mostrar desprecio por sus mismos compatriotas que provienen de las provincias al interior del país y no de Lima, la capital del país.
Bolivia, su país vecino, tiene un amplio historial de muestras de resentimiento por su propia cultura, aunque uno de sus líderes políticos más destacados, el ex presidente socialista Evo Morales, vendió por mucho tiempo la idea de dignificación de los pueblos originarios, en detrimento del resto de la población, como suele ocurrir con la mayoría de los socialistas latinos.
Resentimiento cultural mexicano
Otro caso de endofobia digno de un completo análisis es el de México. Un país hermoso, pero que por siglos ha sido sometido a un intenso estrés cultural que inició en la época colonial, cuando los españoles nacidos en tierras mexicanas perdieron privilegios a pesar de ser europeos, y se dio preferencia a los peninsulares, colocándolos en posiciones de poder a nivel económico y político.
Desde entonces, el resentimiento cultural mexicano es evidente y sigue predominando en todas las esferas. Es posible ver como los extranjeros son vistos con mayor aprecio tanto a nivel académico, como científico, artístico, tecnológico, frente a los nacionales. El resultado de este proceso ha sido la fuga de talentos, principalmente a los Estados Unidos.
En la televisión mexicana podemos ver como la representación de la raza mestiza o india es casi inexistente, aun cuando el pueblo mexicano es en su mayoría de estas características físicas.
En las novelas, los estándares de belleza causan que solo los actores y actrices de piel blanca sean protagonistas de las historias, relegando a papeles menores a las personas de rasgos autóctonos.
Endofobia alemana post nazismo
Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, los alemanes se encontraban tan avergonzados de todo lo ocurrido y el daño causado a la humanidad por parte de Hitler, que la mente y el las emociones de la sociedad se socavó.
Algo entendible, siendo Alemania la cuna del pensamiento marxista, cuyos aberrantes ideales han destruido a toda la civilización occidental.
Esta sería la explicación del surgimiento de grupos políticos y de presión que intentan causar daño a sus iguales, incluso de manera subconsciente.
Por ejemplo, el feminismo, la inmigración masiva y el multiculturalismo con la intención de barrer la identidad cultural, propia y borrar el pasado histórico que aún afecta a muchos. Lo cual implica endofobia en su máxima expresión.
Incluso, es bastante común escuchar algunas personalidades de la esfera política, que se expresan de maneras extremistas, bastante comunes en Alemania en pleno siglo XXI.
Para las personas de todas las nacionalidades, es sumamente importante aprender a diferenciar todo lo expuesto anteriormente, de las críticas sociales reales, basadas en el respeto y la tolerancia.