De media un panda gigante pesa unos 100 gramos al nacer, en contraposición con el peso de su madre, 900 veces superior. Esto ha llevado a los biólogos ha preguntarse el motivo de tal disparidad.
Ningún otro animal a excepción de algunos mamíferos como los canguros o las equidnas es tan pequeño al nacer en relación con sus madres, lo que lleva años desconcertando a los investigadores.
Un estudio de la universidad de Duke sobre los huesos de 10 especies de osos y otros animales ha revelado que algunas de las teorías actuales no se sostienen.
La profesora en biología Kathleen Smith y su ex alumna Peishu Li publicaron sus descubrimientos en el conocido diario Journal of Anatomy.
Los pandas gigantes y su tamaño al nacer
Independientemente de que el panda sea un ejemplo extremo, lo cierto es que todos los osos tienen crías desproporcionadamente pequeñas.
Por ejemplo en un oso polar, los recién nacidos suelen estar en una proporción de 1:400 con respecto a la madre, lo que equivale a un uno por ciento de su masa corporal.
Sin embargo para la gran mayoría de los mamíferos, entre los que se incluyen los humanos, la proporción esta más cerca del 1:26.
La primera de las teorías que intentan explicar esta gran variación vincula los bajos pesos de los osos al nacer con el hecho de que en algunas especies el embarazo se superpone con el periodo de hibernación.
Las hembras de oso no beben ni comen durante este periodo y dependen sobre todo de sus reservas de grasa para sobrevivir, pero además deben descomponer sus músculos para poder suministrar proteínas al feto.
Según esta teoría las hembras solo pueden mantener esta situación durante un tiempo determinado antes de que la descomposición de sus tejidos amenace su salud.
Por ello deben acotar el embarazo y dar a luz a osos pequeños e inmaduros que seguirán creciendo fuera del útero materno, donde pueden alimentarse de la leche rica en grasa de la madre en lugar de agotar sus músculos.
A pesar de ser una hipótesis bastante atractiva, la investigación del equipo de la Duke ha mostrado que este escenario no es muy probable.
Los investigadores no fueron capaces de encontrar diferencias importantes entre el crecimiento óseo de osos en hibernación y otras especies de oso que permanecen activos durante todo el año y no hacen ayuno en el embarazo.
Otras teorías apuntan a la dieta exclusiva de bambú del oso panda como factor determinante para su escaso tamaño al nacer, aunque los datos son escasos.
La implantación retrasada
Según el estudio reciente de la doctora Li la apariencia embrionaria que presenta el bebé panda posiblemente no tenga que ver con las peculiaridades del embarazo.
Todos los osos experimentan lo que se conoce como “implantación retrasada”. Una vez que el óvulo es fecundado, el feto queda flotando en el útero en un estado de animación suspendida durante varios meses antes de implantarse en la pared uterina para proseguir con el desarrollo.
Si bien mientras que en el resto de las especies de osos esta fase tiene una duración de dos meses, en los panda gigantes tan solo dura un mes, lo que ha llevado a la doctora a la conclusión de que su desarrollo puede acortarse por este motivo.
El problema es que los investigadores solo han observado esqueletos para este estudio y puede ser que otros órganos como el cerebro aporten datos para obtener un resultado diferente.
Según el nuevo estudio las crias de panda siguen una trayectoria igual a otros mamíferos. Sus huesos maduran a ritmos similares y en la misma frecuencia, pero el proceso no dura lo mismo.
Los científicos aún prosiguen con la investigación para llegar a una teoría más completa que explique el porqué de esta diferencia de tamaño tan peculiar con la que el panda ha evolucionado.